Una de las falsedades más comunes perpetuadas por los fabricantes de laptops, es el imperativo de que necesitas comprar el modelo más reciente para que tengas todas las funciones necesarias a la hora de realizar tus tareas diarias. Sin embargo, lo más probable es que tu viejo y supuestamente obsoleto dispositivo aún sea capaz de dar la talla para todo lo que necesitas realizar.
Hoy en día enfrentamos el problema de la obsolencia planificada: ya no es suficiente con que los fabricantes esperen que las máquinas dejen de funcionar de manera natural, por lo que buscan acelerar el consumo de los clientes imponiendo restricciones innecesarias en sus productos anteriores o simplemente al rehúsarse a proveer actualizaciones a su software, desde actualizaciones de seguridad, a resolver problemas futuros de compatibilidad. Pero cuando revisamos las especifiaciones técnicas del producto, nos damos cuenta de que es más que capaz de correr sistemas operativos modernos y programas actuales sin mucho problema.